Acabamos de volver de Gran Canaria, la última isla que nos quedaba por visitar y ha sido genial. Nos decidimos por casa rural en vez de hotel para estar más libres y hemos acertado de pleno. Lo primero, los dueños son un cielo, y han sido muy amables y han estado muy pendientes. Nos dejaron agua, fruta, café, ... La casa está muy bien, aunque como es grande, mejor para más gente que para sólo dos personas, pero en cualquier caso está fenomenal, y tiene de todo: un montón de cacharros en la cocina, micro, horno, tele, radiadores (sí, en Canarias a veces también se duerme tapado...), en fin, de todo. Maravillosos el jardín y la barbacoa. La situación de la casa excelente, en medio de la isla, aunque eso sí, no es la mejor opción si quieres playa. Pero si quieres ver la isla, la casa está justo en el centro. Resumiendo, se lo recomiendo a todo el mundo.