El lugar es maravilloso, con playas fantasticas (recomiendo la flecha) y buen ambiente, lo que hizo que las vacaciones fueran bonitas.
Sin embargo, la casa, el alojamiento, deja mucho que desear:
Limpieza sólo aparente, vajilla insuficiente y cada pieza de padre y de su madre ( imposible una mesa homogénea) SOLO HABÍA TRES VASOS, los platos sucios y descascarillados, las sábanas viejas y desparejadas (lo mismo que las toallas), el mobiliario (mesa y 4 sillas) de la terraza viejo e incómodo, cuando no roto.
Y el calentador….fatal.
Es la típica casa que se va deteriorando y nunca se repone ni repara.
Nos sentimos de prestado, como si tu amigo te invita a la antigua casa de sus abuelos.
Y eso no es, ni lo ofertado, ni lo pretendido.
Muy poca calidad.
Una pena, porque con un poco de esmero y cuidado seria genial.
Repetiremos lugar, no alojamiento