Hemos estado 3 matrimonios con 3 niños durante el puente de mayo. Hemos tenido la suerte de estar solos. La finca principal, la más grande de las 3, pertenecía a los dueños. Tiene un salón enorme con chimenea en perfecto uso y unos 10 sofás. La cocina está equipada con todo lo necesario. El entorno es precioso. El silencio, absoluto. Las vacas pastan tan tranquilas al lado de la finca. Los dueños son muy simpáticos y se prestan a llevarte a dar un paseo en su land rover por la finca. Hay un zorro que se presenta todas las noches a por comida, lo cual hizo las delicias de los niños.