Desde que conocimos los apartamentos hace unos 4 años, no nos planteamos otra opción de vacaciones. Con tres niños pequeños y ganas de huir del calor, es el mejor de los sitios. Tanto Juan como Joaquín (y Pipo) son encantadores y se esmeran porque la estancia sea perfecta, y lo consiguen. Siempre atentos a cualquier cosa que puedas necesitar, desde una batidora para los purés de los niños hasta una recomendación de dónde comer según qué platos, pasando por el contacto con la consulta de un médico para curar la brecha de la niña pequeña.
Los apartamentos son estupendos para ir con niños, en una sola planta, con acceso directo a un jardincito privado, a través del cual también se puede acceder a un jardín más amplio compartido con todos los apartamentos. Están muy bien equipados, con todo lo necesario para hacer cómoda la estancia. Y es un lujo poder desayunar/tomar el café en el jardín, mientras los peques disfrutan del aire libre.
El entorno también acompaña, al lado de Ribadeo, cerca de la montaña y con la playa cerquita, hay muchas opciones en las que emplear los día de estancia.
La playa también es perfecta para los niños, no está masificada (no lo he comprobado en agosto, pero me cuesta creer que llegue a estar llena de gente) y los niños se lo pasan pipa con un riachuelillo que desemboca allí mismo.
En fin, que me remito al título de mi opinión, amenazamos con volver, jejeje... Los niños estarán encantados de volver a jugar con Pipo (Pablo aún lo llama cuando ve a un perro...).
Un abrazo fuerte y cariñoso a Joaquín y Juan!!