Fuimos a pasar unos dias después de semana santa, nada más llegar tuve la sensación de estar en mi propia casa, el trato de Maria Luisa es muy cercano, nos recibió con una sidra y un chorizo casero riquísimo. La casa es muy bonita y la habitación limpia y cómoda, las vistas impresionantes, de los desayunos no se por donde empezar a decir, café con leche, tostadas con pan de pueblo, mermeladas caseras de varios sabores, queso fresco casero, bizcochos, empanada de carne y chorizo, frutas, tortilla de patatas, creps recién hechos, pero mi capricho era la tarta de sidra, deliciosa.
La casa está bien situada para enlazar con la A-8 y poder moverte rápido a donde quieras, pero apartada del ruido cotidiano con vistas al mar y a la montaña.
Hemos pasado unos días muy agradables, manteniendo conversaciones tanto con Maria Luisa como con su hija.
Besos desde San Sebastian y gracias por todo.