La casa estaba bien, comoda y agradable. Tuvimos problemas con el wifi casi todos los dias, pero llamamos y creo que hicieron lo que pudieron. Por lo demas, encantados con el trato de Miriam que nos atendió con mucha amabilidad ante cualquier problema. El patio muy bien para nuestros dos perros y poder dejar el coche, y la piscina, de lujo, soleada y vallada. Para mi lo peor de todo (que no tiene la culpa ni la casa, ni la inmobiliaria) es la zona... vecinos con muchos perros que ladran mañana, tarde y noche... e incluso gallos, dificil encontrar momentos de silencio y es una pena porque es un barrio tranquilo lleno de pinares...